Fig 1. Cristales de salvinorina-A extraídos de Salvia divinorum usando acetona y nafta
La Salvinorina-A es el componente psicoactivo primario de la Salvia divinorum, una planta originaria del estado de Oaxaca en México. La Salvinorina-A es el psicodélico de origen natural más potente conocido hasta ahora, así como el primer diterpeno psicodélico descubierto por el hombre. Las moléculas Salvinorina-A y Salvinorina-B fueron aisladas en 1982 por el químico mexicano Alfredo Ortega; solo la Salvinorina-A es psicoactiva. En 1993, el estadounidense Daniel Siebert, identificó y experimento los efectos psicodélicos de la molécula Salvinorina-A y publicó sus resultados en 1994.
Sobre Salvia divinorum
La Salvia divinorum ha sido usada por indígenas mexicanos viviendo en regiones remotas de Oaxaca, sin embargo fue en la primera mitad del siglo XX que los investigadores occidentales se percataron de ella. Existe muy poca información acerca del origen y uso de esta planta previo al siglo XX. La primera descripción de esta planta en la literatura occidental fue hecha por el antropólogo sueco Jean Basset Johnson en 1938, quien se encontraba investigando el uso ritual de los hongos psilocibios cuando notó el uso de Salvia divinorum en ceremonias chamánicas.
La Salvia divinorum es una planta muy rara, ya que se encuentra naturalmente en muy pocas zonas de la sierra mazateca. La planta es fácilmente propagada a través de esquejes, y durante los años 70 y 80 se propagó por el mundo a través de este método. Los esquejes de Salvia divinorum colocados en un recipiente de vidrio comenzarán a generar raíz en un lapso de 2 a 3 semanas, cuando las raíces alcancen los 2.5 cm, estos están listos para ser transferidos a su respectiva maceta. Es una planta que aprecia la humedad, luz indirecta moderada y temperaturas cálidas para su desarrollo. Demasiada luz solar provoca que las hojas adquieran un pálido tono verde. Si las hojas se enroscan y se empiezan a secar de las orillas, es un signo de que la temperatura está demasiado caliente en proporción a la humedad que está recibiendo. El tallo de la Salvia divinorum es cuadrado. En el otoño, sus flores se muestran con cálices morados y corolas blancas. Casi no produce semillas y estas muy raramente se desarrollan exitosamente en plantas.
Fig 2. Hojas de Ska Pastora (Salvia divinorum)
Muchos botánicos teorizan que la Salvia divinorum es un cultigen. Un chamán mazateco le informó al investigador Robert G. Wasson que algunos indígenas creen que la Salvia divinorum viene de fuera de su región, pero que no saben exactamente de dónde. Y si la Salvia divinorum fuese un híbrido, aún no hay teorías sólidas que determinen cuales serían las posibles plantas madre.
Entre los mazatecos, la Salvia divinorum es conocida como “Ska Pastora” o “Hierba María”, lo cual se ha traducido en Hojas de la Pastora María. Jonathan Ott notó que los mazatecos carecen de un nombre indígena propio para referirse a la Salvia divinorum. Tanto el concepto cristiano de María como el pastoreo ovejero, son elementos propios de épocas posteriores a la conquista española en la región; basándose en esto, así como en la posibilidad de que sea un cultigen, Ott sugiere que la Salvia divinorum fue quizá introducida a la sierra mazateca post-conquista española. Sin embargo, también ha sido sugerida la idea, inicialmente por Robert G. Wasson, que la Salvia divinorum podría ser la planta azteca conocida como Pipiltzintzintli, un enteógeno brevemente descrito por Fray Agustín de Vetancurt en 1698 en el libro “Teatro Mexicano”. No hay una conclusión irrefutable de que Salvia divinorum sea o no sea Pipiltzintzintli, sin embargo lo más probable es que no por las siguientes razones:
“Raíz de pipiltzintzintli, cuyas hojas son como las de cempoalxochitl, y la raíz del peyotl, son muy estimadas entre los naturales: tienen hembra y macho. Tómanla en bebida para no sentir el cansancio, y aplicada por modo de emplasto, cura las partes desconcertadas: en el agua ordinaria aprovecha al calor del hígado; y aunque los naturales las estiman, los españoles las aborrecen por supersticiosas, porque aquellos la suelen tomar para adivinar y saber lo oculto en sueños: mézclase con zacazili y ololiuhqui para las fracturas”.
– Agustin de Vetancurt; Teatro Mexicano, 1698
La Salvia divinorum está muy alejada de tener hojas como las de cempasúchil y raíz como la del peyote. Además varios investigadores han teorizado que la famosa Pipiltzintzintli puede ser cualquier otra planta desde Cannabis hasta Ololiuqui. La verdad es que no se sabe a ciencia cierta y asumir que la Salvia divinorum es Pipiltzintzintli es especulación en el mejor de los casos, y hasta Robert G. Wasson se retractó de tal suposición en correspondencia con Jose Luis Díaz en 1979.
Sobre Salvinorina-A
En el año de 1962 en Oaxaca, Robert Gordon Wasson se unió al químico suizo Albert Hofmann, inventor del LSD, quien fue también el primero en aislar psilocibina de hongos alucinógenos recolectados en la misma región. Hofmann llevó consigo extracto etanólico de Salvia divinorum de regreso a Suiza donde intentó aislar el compuesto psicoactivo. No fue exitoso, ya que no pudo comprobar su psicoactividad, sugiriendo que quizá su componente activo primario era inestable.
Hubo poca investigación relacionada a Salvia divinorum las siguientes dos décadas. La salvinorina-A fue aislada en 1982 por Alfredo Ortega mientras se encontraba investigando nuevos compuestos terpenoides dentro del género salvia. La investigación de Ortega no estaba particularmente enfocada en descubrir y describir los efectos psicoactivos de la Salvia divinorum. Por otra parte, un grupo de investigación liderado por Leander J. Valdes III, estaba intentado descubrir el compuesto psicoactivo de la Salvia divinorum y lograron aislar el compuesto en 1983, pero solo lo probaron experimentalmente en roedores. A pesar de que estos experimentos sugerían la posibilidad de que la salvinorina-A era el compuesto psicoactivo principal, el grupo de Valdes no sabía del extraordinariamente potente efecto psicoactivo en humanos.
En Junio de 1993, Daniel J. Siebert descubrió los potentes efectos psicoactivos de la salvinorina-A al fumar 2.5 mg de extracto cristalizado de salvinorina-A con un 70% a 80% de pureza. Este es el reporte de su experiencia:
Salvinorina-A: El Breakthrough
Junio 6, 1993
Me propuse preparar un extracto relativamente crudo pero significativamente concentrado de Salvia divinorum. Durante el procedimiento de extracción logré aislar material cristalino de una pureza relativamente elevada. Esto no era algo que había previsto hacer, y en ese momento incluso creía que esto era probablemente material inactivo que podría ser descartado. Mientras me preparaba para tirarlo a la basura, se me ocurrió que quizá debería probar un poco, solo por si acaso resultase psicoactivo. “No es muy probable”, pensé. Afortunadamente decidí probar solo una pizca, que en su momento asumí sería solo una pequeña dosis. Lo que sigue es una recolección de mis recuerdos y memorias de aquel evento.
Coloqué 2.5 mg del material a probar en papel aluminio, el cual calenté con un pequeño encendedor tipo antorcha. Tan pronto empezó a vaporizarse, inhale el vapor a través de una pieza de vidrio tubular. Esperé un poco y me di cuenta que nada iba a pasar. Las últimas palabras que pasaron por mi cabeza fueron: “Justo como lo pensé, esta cosa es inactiva. La voy a tirar a la basura”. Después súbitamente me encontraba en un confuso y rápido estado de consciencia sin la más mínima idea de donde mi cuerpo o mi universo se habían ido. Tengo pocos recuerdos de esta etapa inicial del viaje, pero recuerdo bien que demasiado estaba pasando y que parecía una eternidad, literalmente, cuando en realidad quizá habían pasado un par de minutos.
Sentí que algo había salido mal y estaba desesperadamente tratando de regresar al mundo “real”. Busqué en mi memoria tratando de recordar donde había estado momentos antes. No me acordaba que estaba bajo los efectos de un compuesto que había aislado de Salvia divinorum. Traté de recordar cómo se sentía mi cuerpo, como era mi casa y cosas por el estilo. Lo que sea, solo algo que me ayudara a reconectar con el mundo “normal”. Pero entre más buscaba un hilo de “normalidad” del cual agarrarme, más se me mostraba algo totalmente diferente. Llegué al punto de darme cuenta de que a lo que quería regresar no existía en realidad – era solo un sueño efímero. En este momento fui consciente de que no tenía recuerdo alguno de haber existido en ningún otro plano diferente al estado de consciencia incorpórea en el cual me encontraba. Así que decidí abandonar mi pánico y solo relajarme. Al fin y al cabo, no había a donde regresar. Estaba completamente convencido que este estado de existencia era todo y lo único que siempre había existido.
Fig 3. Daniel Siebert, primer persona en fumar salvinorina-A pura
De repente me encontré a mí mismo en la sala. Los efectos de la sustancia estaban disminuyendo. Toda la confusión había desaparecido y yo había regresado al mundo físico. Miré la habitación a mí alrededor y pude recuperar el enfoque. Estaba aliviado de estar de regreso. ¡Pero después vi algo que no me cuadraba! Esta no era mi habitación, era la habitación de mis difuntos abuelos maternos. Y estaba decorada como cuando yo era un niño, no como la tenían arreglada muchos años después. Lo más extraordinario de todo esto era que esto era el mundo real, no una memoria o una alucinación. Yo realmente estaba ahí y todo era igual de sólido que la habitación en la que me encuentro en este momento. Tuve la repentina comprensión de que a pesar de que pude regresar a mi cuerpo, de alguna manera terminé en algún punto equivocado de la línea temporal de mi existencia física. Estaba convencido de que quizá ya me había atorado en esta situación y no me quedaba otra opción más que continuar mi vida desde este punto en mi pasado. Mientras regresaba al pánico y la desesperación de tratar de recordar donde se suponía que debía estar, perdí la consciencia del mundo físico nuevamente y me encontré otra vez sin cuerpo – perdido. Después volvió a suceder. Me encontré recobrando la consciencia en el mundo real. Y de nuevo, tan pronto todo se veía normal y enfocado, me daba cuenta de que no estaba en mi casa, sino en la casa de un amigo. Después volví a entrar en pánico y perdí la consciencia. Este ciclo se repitió siete u ocho veces. Siempre me encontraba en alguna habitación que me era familiar. Algunos de estos lugares eran de mi infancia y otros de un pasado más reciente. En este estado, todos los puntos históricos de mi vida personal coexistían. Uno no precedía al otro. Aparentemente, si así lo hubiera querido, pude haber regresado a cualquier punto de mi vida y realmente estar ahí, porque estaban de hecho pasando en este preciso momento.
Después en algún punto, ya me encontré a mí mismo en mi casa. Estaba parado por el comedor. Quería asegurarme de que todo estaba como en realidad debería estar, así que volteé hacia atrás para ver el resto del cuarto, pero por más que volteara no había un “atrás”, solo había un “enfrente”. Traté de alcanzar los bolsillos de la parte de atrás de mi pantalón pero no era capaz de encontrarlos.
Unos momentos después el mundo físico comenzó a funcionar correctamente de nuevo. Mientras los efectos bajaban, logré empezar a juntar las piezas de lo que había pasado. Recordaba que había probado un extracto cristalino y me di cuenta que quizá eso había sido la causa de la experiencia que recién había vivido. Me di cuenta de que había hecho un importante descubrimiento. Me sentí extático. Estaba literalmente brincando de felicidad. Quería gritar ¡Eureka! Me había encontrado con la esencia psicodélica de la Salvia divinorum. Tomé una pluma y trate de escribir algunas notas mientras la experiencia estaba aún fresca. Lo primero que escribí en letras gigantes fue: “¡Es la locura total!”, luego “Desgarrando la tela de la realidad”. Finalmente: “Esto es demasiaaaaado fuerte. Esta desgarrando la existencia misma. Es una locura. ¡Gracias a dios solo duró 10 o 15 minutos!”
Las siguientes dos horas me sentí mareado e inquieto. No podía estar tranquilo. Cuando me sentaba me daban ganas de pararme inmediatamente. Traté de comer algo y tomar un poco de vino para recuperar del todo la sobriedad y la relajación, pero no podía tragar nada. Me habían sacudido el alma.
Fuentes:
- “Salvinorin – The psychedelic essence of Salvia divinorum” – D.M. Turner, 1996
- “Teatro Mexicano” – Agustin de Vetancurt, 1698
- “Salvinorin-A: The Breakthrough” – Daniel J. Siebert, 1993
- “Salvia divinorum and Salvinorin A: new pharmacologic findings” – Daniel J. Siebert, 1994 Journal of Ethnopharmacology