Fig 1. Ska Pastora o Salvia divinorum
Nadie sabe a ciencia cierta de dónde salió esta planta. Los botánicos saben que fue encontrada por primera vez en la sierra oaxaqueña y que los curanderos indígenas mexicanos de la región la llaman “Ska Pastora”: un nombre mestizo; un nombre que nos dice mas sobre el tiempo en que fue descubierta que sobre su verdadero origen.
Cuando digo que nadie sabe exactamente de dónde salió, lo digo exclusivamente de manera científica. Es decir, todos los seres vivos tienen una linea de ascendencia que puede ser rastreada analizando su ambiente, genética y características físicas. Esta misteriosa planta aún no se sabe como fue que se desarrollo ahí. A pesar de que su clasificación taxonómica esta establecida, las condiciones de su origen o evolución en la región aún no. Algunas teorías apuntaban a que es un cultigen o un híbrido, y si este fuera el caso, no tenemos idea cuales serían sus plantas padre. Además, la planta tiende a ser estéril o producir muy pocas semillas, que a su vez muchas veces no logran crecer y desarrollarse. En pocas palabras, pareciera que alguien la plantó ahí, pero no se sabe de otro lugar en el mundo en el que se le encuentre naturalmente.
La mitología indígena de la región sugiere que la planta es nadie menos que la misma virgen María. Tomarse esto de manera literal es no entender el sincretismo local. Brevemente explico: No es que los indígenas proyectaran símbolos católicos en su cosmovisión por decisión propia, sino que la cultura occidental los aplastó de tal manera que no tenían otra opción que seguir el juego si querían sobrevivir y finalmente, como la mayoría de los pueblos indígenas, terminaron adoptando algunos de estos elementos.
Hay un acuerdo tácito entre los aficionados y expertos en Salvia divinorum en que si esta planta tiene espíritu, es sin lugar a dudas femenino. Pero no solo eso, “La pastora” es una mujer poderosa, sabia y ruda. Tiene la personalidad de una valquiria y la sabiduría de un dragón chino. Mas parecida a Perséfone, diosa del inframundo que a la madre de Dios, que sí perdona. O como dijo el escritor Dale Pendell, su nombre se aproxima mas a Medusa que a María.
Fig 2. Hojas frescas de Salvia divinorum
No basta un breve artículo para comprender la magnitud de su poder, es necesario vivir la experiencia. Pero el punto de este escrito gira en torno al título: como este divino espíritu se esconde tras una máscara de locura esquizofrénica. Todos los que hemos fumado sus extractos hemos tenido visiones que van desde lo absurdo hasta lo maravilloso, desde lo inexplicable hasta lo terrorífico. Fumar salvia es saber que todo va: convertirse en objeto inanimado, aparentes viajes en el tiempo, acceso a otras realidades, regaños, risas, lecciones y un cuerpo que al final agradece estar vivo en esta realidad.
Pero todo eso es una ilusión: No eres tú quien decide que va a alucinar, es la salvia quien decide de que lado masca la iguana interdimensional. Una vez que crees que le has dado las llaves del carro a tu chofer, resulta que una monja endemoniada te esta secuestrando. No hay escapatoria, vas a ir a donde ella quiera y no hay marcha atrás.
You don’t trip on her, she trips on you.
Hasta que un día, te acepta. Todo cambia en ese momento. Te das cuenta que nada fue en vano, nada fue una estupidez. Todas y cada una de las experiencias eran lecciones. Y no es una suposición: Ella misma te lo dice, fuerte y claro. Ahora por fin estas listo para el siguiente nivel.
Personas como Christopher Solomon, JD Arthur, Ross Heaven, Daniel Siebert y otros sujetos han tenido experiencias de aparente locura al principio, al grado que creyeron que era una pérdida de tiempo, para después darse cuenta que La Pastora elige y recompensa al persistente, pero que aún así no la tenemos comprada. En cualquier momento podemos caer de su gracia.
Algunas plantas te brindan respuestas, la pastora te brinda preguntas.
“¿De dónde provienes?”, una vez le pregunté antes de fumar. Cuando bajé del viaje me di cuenta de la irrelevancia de mi pregunta. Pudo haber venido de cualquier lado, del futuro, del pasado, de una dimensión superior o alterna, de la imaginación. ¿Acaso doy por sentado que soy real? Tal vez asumo demasiado.